Cerveza: Bitter & Twisted
Cervecera: Harviestoun
Tipo: Golden Ale
Apariencia: color amarillo dorado, nada turbio, carbónico medio, corona blanca, escasa pero persistente.
Aroma: bastante intenso, muy interesante, lúpulos ingleses, hierba, limón, notas de manzana verde, bastante fresco.
Sabor: cuerpo medio, ligeramente amarga, seca, muy floral, abundan los cítricos, es muy refrescante. Final ligeramente maltoso e interesantes notas de madera. Alcohol muy bien integrado. Retrogusto medio donde predominan las hierbas.
Maridaje: navajas, berberechos.
Vaso recomendado: pinta o shaker.
ABV: 4,2%
Ratebeer: Overall 89/Style 99
Opinión personal: gran cerveza! me ha gustado mucho, es muy equilibrada, bien hecha, con muchos matices y bastante original, bastante diferente de otras que he probado del mismo estilo. Parece mentira que sólo tenga 4,2% ABV, porque es muy compleja, eso la convierte en una perfecta cerveza de sesión. Si alguien quiere saber algo más de la cervecera u otra opinión sobre esta cerveza, puede leerlo en la genial Cerveteca de JAB.
Nota personal: General 87/Estilo 95
sábado, 30 de junio de 2012
viernes, 29 de junio de 2012
Garrapiñale
Cerveza: Garrapiñale
Cervecera: Nómada
Tipo: IPA
Apariencia: color ámbar anaranjado, bastante turbio, carbónico medio, corona abundante, color hueso y persistente.
Aroma: muy intenso. En un primer momento mas bien resinoso y a pino, si se deja reposar un poco aparecen aromas mas frutales, sobre todo piña y melón.
Sabor: cuerpo medio, poco carbónico, también tiene cierta evolución, al principio se nota mas el pino, luego deja paso a frutas tropicales y al final del todo predominan las levas tipo belgas. Para aguantar ese lúpulo tiene una base ligeramente maltosa, que aporta sabores a caramelo y vainilla, pero muy ligeros. Alcohol muy bien integrado y retrogusto larguísimo.
Maridaje: comidas picantes y a la brasa.
Vaso recomendado: tulipa, shaker.
ABV: 5,7%
Opinión personal: es una cerveza espectacular, una gran IPA, muy compleja, como he dicho, es de esas que evoluciona a lo largo de la ingesta y eso me gusta mucho. Está muy equilibrada, no es sólo lúpulo. Parece como una Imperial IPA pero no llega a 6% ABV, así que te puedes tomar unas cuantas! Al final me recordaba mucho a algunas IPAs belgas, rollo la Viven por el tema de las levas.
Nota personal: General 95/ Estilo 97
Cervecera: Nómada
Tipo: IPA
Apariencia: color ámbar anaranjado, bastante turbio, carbónico medio, corona abundante, color hueso y persistente.
Aroma: muy intenso. En un primer momento mas bien resinoso y a pino, si se deja reposar un poco aparecen aromas mas frutales, sobre todo piña y melón.
Sabor: cuerpo medio, poco carbónico, también tiene cierta evolución, al principio se nota mas el pino, luego deja paso a frutas tropicales y al final del todo predominan las levas tipo belgas. Para aguantar ese lúpulo tiene una base ligeramente maltosa, que aporta sabores a caramelo y vainilla, pero muy ligeros. Alcohol muy bien integrado y retrogusto larguísimo.
Maridaje: comidas picantes y a la brasa.
Vaso recomendado: tulipa, shaker.
ABV: 5,7%
Opinión personal: es una cerveza espectacular, una gran IPA, muy compleja, como he dicho, es de esas que evoluciona a lo largo de la ingesta y eso me gusta mucho. Está muy equilibrada, no es sólo lúpulo. Parece como una Imperial IPA pero no llega a 6% ABV, así que te puedes tomar unas cuantas! Al final me recordaba mucho a algunas IPAs belgas, rollo la Viven por el tema de las levas.
Nota personal: General 95/ Estilo 97
jueves, 28 de junio de 2012
Bink Bloesem
Cerveza: Bink Bloesem
Cervecera: Brouwerij Kerkom
Tipo: ale belga
Apariencia: bonito color cobrizo oscuro, ligeramente turbio, pero no excesivamente, poco carbónico aparente, corona escasa pero constante y de color beige.
Aroma: intenso, muy interesante, predominan las flores y las frutas blancas, pero también las levas belgas, tan especiales, que recuerdan a pan, galleta y especias.
Sabor: intensidad y cuerpo medios, ligeramente maltoso, dulce, se nota la miel y muchas notas frutales. Alcohol muy bien integrado. Retrogusto largo.
Maridaje: aperitivo o postres de frutas.
Vaso recomendado: cáliz trapista
ABV: 7,1%
Ratebeer: Overall 81/Style 88
Opinión personal: la verdad es que esta cerveza me ha sorprendido mucho, había leído que estaba fermentada con pera y miel y, aunque me encantan las cervezas belgas, no me gustan tanto las que tienen miel, como la Barbar, pero este caso es completamente distinto. Se nota la miel, pero no es algo exagerado, está muy bien equilibrado con el resto de los sabores, lo mismo que ocurre con la pera, está ahí, pero no destaca demasiado, rompiendo la armonía, todo lo contrario. Ambos sabores están perfectamente integrados. Me ha gustado mucho.
Nota personal: General 88/ Estilo 90
martes, 26 de junio de 2012
Dremmwel Rousse
Cerveza: Rousse
Cervecera: Dremmwel
Tipo: Doble belga
Apariencia: color marrón oscuro, turbio, corona escasa, de color beige, carbónico aparente medio.
Aroma: intensidad media, bastante complejo, ligeramente maltoso, frutas oscuras, ciruelas, higos, pasas, toque a vinagre de módena.
Sabor: cuerpo medio, mas bien dulce, pero no empalagoso en absoluto, frutas oscuras, pasas y ciruelas. Alcohol muy bien integrado. Retrogusto medio, ligeramente agrio, terroso.
Maridaje: quesos, foies.
Vaso recomendado: tulipa.
ABV: 6%
Ratebeer: Overall 53/ Style 53
Opinión personal: es una buena cerveza, equilibrada, bien hecha y algo compleja, pero sobre todo se deja beber muy bien. Me tomé esta cerveza más ganas de lo habitual, porque hace unos días, otra birra de esta misma casa fue nombrada como una de las mejores cervezas del mes de dos mejores blogs cerveceros: Y creo que he bebido... y Lupuloadicto , es verdad que los dos se refirieron a la stout, pero si una cervecera hace una birra que tiene tan buenas referencias, no puede hacer otra muuuy mala, puede que no sea tan buena, pero mala, mala, no! Por otro lado, he de reconocer, que al principio me sorprendió mucho, como hablaba el otro día, no sabía muy bien dentro de que estilo de cerveza meterla, pero luego, al rato, me dí cuenta de que me recordaba mucho a la Maricantana, de Bresañ, una cerveza que probé en el AMCA y que me encantó precisamente por ese puntillo agrio que tiene al final del dulce de las frutas oscuras y curiosamente, las dos son de origen bretón, mas o menos remoto...aunque a esta, en Ratebeer también la ponen como Biere de Garde, lo cual empieza a hacerme pensar que meten en esa categoría cualquier cosa que esté hecha en el país galo. Por cierto, hay un grupo de folk bretón que también se llama Dremmwel y es que parece ser que esta palabra significa horizonte en la lengua céltica.
Nota personal: General 83/ Estilo 87
sábado, 23 de junio de 2012
Sobre Michael Jackson
Para los que no lo conozcan, él mismo se presenta en uno de sus mejores vídeos diciendo: “My name is really Michael Jackson, but I don´t sing and I don´t drink pepsi. I drink beer, that is what I do for living, I travel the world sampling beers and writing about the ones I have enjoyed. It´s a tough job, but someone has to do it” que significa algo así como “Realmente me llamo Michael Jackson, pero no canto ni bebo pepsi. Bebo cerveza, eso es lo que hago para vivir, viajo alrededor del mundo probando cervezas y escribiendo sobre las que me han gustado. Es un trabajo duro, pero alguien tiene que hacerlo”, un tipo majete Michael, pero sobretodo entrañable, muy entrañable.
Creo que la mejor forma de empezar un post sobre Michael Jackson, que trata de ser un pequeño homenaje al crítico de cervezas más importante de la historia, era dejándole presentarse a sí mismo, con su perfecto acento británico. Me imagino que la mayoría de los que leen este post saben quién es, pues no cabe ninguna duda de que fue él el que produjo parte de todo esto que hoy celebramos todos nosotros, fue el que empezó a darle importancia a una bebida que para muchos no era más que una bebida alcohólica con mucha menos complejidad, calidad y glamour que los vinos, reconociéndole su dignidad y colocándola donde se merece. De hecho, muchos de los que empezamos a meternos en este maltoso y lupulado mundillo, lo hacemos de la mano de Michael Jackson, pero me da la sensación de que le tenemos un poco olvidado. Por otro lado, espero descubrirle la figura de este gran señor a aquellos menos iniciados.
Michael Jackson nació el 27 marzo 1942 en Leeds, West Yorkshire y pasó sus primeros años en un pueblo cercano llamando Wetherby. Su familia se trasladó a Leeds después de la guerra. Michael fue a la escuela secundaria de King James en Almondbury y se convirtió en periodista, sobre todo en Edimburgo, donde entró en contacto por primera vez el whisky. A su regreso a Londres editó la revista de publicidad comercial "Campaign". Fue colaborador habitual de importantes periódicos británicos, especialmente The Independent y The Observer.
Michael Jackson se hizo famoso en los círculos cerveceros a partir de 1977, cuando su libro “The World Guide to Beer” fue publicado, el cual fue traducido a más de diez idiomas y es considerado como uno de los libros fundamentales sobre el tema. La teoría moderna de los estilos de cerveza se basa principalmente en el trabajo realizado por Michael Jackson en este libro, ya que en él, el autor clasifica una gran variedad de cervezas de todo el mundo en grupos locales y por estilos teniendo en cuenta las sugerencias de las costumbres locales.
Su trabajo tuvo una influencia especial en la popularización de la cultura cervecera en América del Norte, especialmente a partir de 1990 cuando empezó a presentar un programa de televisión llamado “The Beer Hunter”, es decir, "El Cazador de cervezas", que fue emitido en el canal 4 y el Discovery Channel. Se trataba de varios episodios donde, en cada uno de ellos, visitaba un país diferente. Esta serie histórica fue un éxito, desde mi punto de vista, no sólo por la producción de la serie en sí, ni por el conocimiento que desplegaba el señor Jackson en los documentales (vastísimo, por cierto), sino sobre todo por el carácter que mostraba, calmado y sosegado, disfrutando realmente del tema y transmitiendo todo ello junto con una cantidad ingente de información.
Jackson consideraba la cerveza como un componente de la cultura y por ello las describe en su contexto. A pesar de que dio la vuelta al mundo y descubrió las diferentes culturas de cerveza, era especialmente aficionado a las cervezas belgas. Fue nombrado a un oficial de honor de la Ridderschap van de Roerstok (algo así como caballero de honor de la corona) en 1997 por su importante contribución al éxito internacional de las cervezas belgas, honor que antes sólo había sido otorgado a los cerveceros. En 1998, Jackson sacó su propia cristalería de cerveza, la cual, desde mi punto de vista, sin ser ninguna exquisitez ni ostentosidad, cubre todo el abanico necesario. Poco después, Jackson también ayudó a crear y trabajó con el único club de la cerveza que aprobó, “Michael Jackson's Rare Beer Club”, algo así como “El Club de las cervezas poco frecuentes de Michael Jakson”.
Como hemos dicho, Michael Jackson fue también un importante crítico de whisky. En su libro “The Malt Whisky Companion”, pasa revista a una gran cantidad de whisky y les dio una nota del 0 al 100. En algunos sentidos, su trabajo en el mundo del whisky ha sido mas relevante incluso que su importancia en el mundo de la cerveza.
Además de su trabajo como periodista y crítico, fue también un gran aficionado del rugby league, lo cual no es muy raro, porque hay bastantes aficionados al rugby entre los cerveceros, o cerveceros entre los aficionados al rugby, hecho que es bastante lógico si conocemos la tradición del 3º tiempo en el deporte del oval.
En diciembre de 2006 se puso de manifiesto que Michael Jackson llevaba sufriendo la enfermedad de Parkinson más de una década, además de diabetes. Murió de un ataque al corazón en su casa la mañana del 30 de agosto de 2007 a la edad de 65 años.
Dicen que dijo muchas cosas, que la Rodenbach era la cerveza más refrescante del mundo, que su comida favorita eran los brotes de lúpulo, que descubrió la Westvleteren... no lo niego, pero de entre todas ellas, yo me quedo, sin lugar a dudas, con la que cuenta que cuando le preguntaron por la mejor cerveza del mundo dijo que esta no existía, en términos absolutos, sino que depende del momento.
Los que queráis ampliar la información, no sólo podéis echar un ojo a sus libros o a sus videos, que están algunos en Youtube, sino también a las siguientes páginas web:
http://www.beerhuntermovie.com/
http://michaeljacksonthebeerhunter.blogspot.com.es/
Un brindis por Michael!
viernes, 22 de junio de 2012
Blanche des Honnelles
Cerveza: Blanche des Honelles
Cervecera: Brasserie de l’Abbaye des Rocs
Tipo: Witbier
Apariencia: color ámbar anaranjado claro, mucho carbónico, muchísima levadura, corona muy abundante, persistente y de consistencia media.
Aroma: de intensidad media, predominan las levaduras, olor a tahona, a pan, notas florales, muchas especias, pimienta negra.
Sabor: muy intenso, mucho carbónico, muy refrescante, un toque agrio, mas bien seco, se nota el plátano y clavo. Alcohol muy bien integrado.
Maridaje: pescados y arroces.
Vaso recomendado: tumbler o flauta.
ABV: 6%
Ratebeer: Overall 93/Style 99
Opinión personal: es una cerveza muy curiosa, muy bien hecha, equilibrada y con muchos matices, me ha gustado mucho. A simple vista ya salta a al vista que no es una Witbier normal, es más bien como una Doble Witbier, o como dirían los americanos, una Imperial Witbier, y por lo tanto tiene más alcohol, pero también es más compleja. Mantiene ese carácter refrescante, que tanto me gusta y que le debemos al maestro Pierre Celis, por haber recuperado del olvido, pero con un poco más de carácter. Cerveza buena e interesante a la par. Puesto que la Brune de esta misma casa es una de mis cervezas favoritas, sabía que esta no me iba a defraudar y así ha sido, además, como su hermana mayor, tiene un precio excepcional.
Nota personal: General 89/ Estilo 98
jueves, 21 de junio de 2012
Mikkeller It´s Alive
Cerveza: It´s Alive
Cervecera: Mikkeller
Tipo: Belgian Strong Ale
Apariencia: color ámbar oscuro, muy translúcido, nada turbio, mucho carbónico aparente. Corona muy abundante, de color beige claro, compacta y persistente.
Aroma: muy intenso y complejo, especias, miel, caramelo ligero, naranja dulce, levas belgas, nota terrosa.
Sabor: mucho cuerpo, bastante carbónico, notas florales, mas bien seca y un poco amarga, restrogusto muy largo, notas maltosas. Alcohol no muy bien integrado.
Maridaje: salmón, trucha.
Vaso recomendado: cáliz trapista.
ABV: 8%
Ratebeer: Overall 97/Style 93
Opinión personal: es una buena cerveza, equilibrada y compleja, pero se nota el alcohol más de lo que me esperaba, no es una barbaridad, pero si que se nota. A parte de eso, es una cerveza muy curiosa que me ha gustado mucho y que llevaba bastante tiempo queriendo catar. Se supone que es un homenaje y una versión de la Orval, por lo tanto lleva Brettanomyces, pero no se nota tanto esa nota terrosa que se supone que le deberían dar estas levas salvajes, yo no sé que hace este señor pero no deja de tirarme mitos por los suelos. Por eso precisamente y porque es un cervezón que se deja beber muy bien, la recomiendo encarecidamente.
Nota personal: General 93/Estilo 90
martes, 19 de junio de 2012
Cerveza y literatura: Robert Louis Stevenson
Robert Louis Balfour Stevenson (Edimburgo, Escocia, 13 de noviembre de 1850 - Vailima, cerca de Apia, Samoa, 3 de diciembre de 1894) fue un novelista, poeta y ensayista escocés. Stevenson, que padecía de tuberculosis, solo llegó a cumplir 44 años; sin embargo, su legado es una vasta obra que incluye crónicas de viaje, novelas de aventuras e históricas, así como lírica y ensayos. Se le conoce principalmente por ser el autor de algunas de las historias fantásticas y de aventuras más clásicas de la literatura juvenil, La isla del tesoro, la novela histórica La flecha negra y la popular novela de horror El extraño caso del doctor Jekyll y míster Hyde, dedicada al tema de los fenómenos de la personalidad escindida, y que pueden ser leída como novela psicológica de horror. Varias de sus novelas continúan siendo muy famosas y algunas de ellas han sido varias veces llevadas al cine en el siglo XX, en parte adaptadas para niños. Fue importante también su obra ensayística, breve pero decisiva en lo que se refiere a la estructura de la moderna novela de peripecias. Fue muy apreciado en su tiempo y siguió siéndolo después de su muerte. Tuvo continuidad en autores como Joseph Conrad, Graham Greene, G. K. Chesterton, H. G. Wells, y en los argentinos Bioy Casares y Jorge Luis Borges.
Pues bien, todo eso es muy interesante, pero lo que nos importa ahora, es que escribió un poema sobre la cerveza de brezo que hacían los pictos, una confederación de tribus que habitaba lo que actualmente es el norte y centro de Escocia, desde tiempos del Imperio Romano. Era un pueblo granjero que vivía en pequeñas comunidades criando caballos, ovejas y cerdos al igual que otros pueblos celtas.
Se supone que esta cerveza lleva flores de brezo, por eso la llaman heather ale, se producía en Escocia desde el año 2000 a.C y se utilizaba el brezo, precisamente como precedente de lo que ahora es el lúpulo. Hoy en día, una cervecera escocesa sigue haciendo este estilo, así que si queremos, podemos probarlo, aquí podéis ver una buena reseña y aquí podéis leer algo más sobre la cerveza y sobre la historia del poema.
Sin más dilación, os dejo con el poema que Stevenson le dedicó a esta cerveza:
De las campanillas del brezo
Lograron una bebida excelente
Mucho más dulce que la miel
Y más fuerte que el vino.
La elaboraron y bebieron,
Y vivieron en paz años y años
En sus moradas bajo la tierra.
Hubo un rey en Escocia
Cruel con sus enemigos
Batió a los pictos en batalla
Y los cazó como corzos
Persiguiéndolos millas y millas
Por la montaña roja.
Los cazó mientras huían,
Cubriendo sus cuerpos enanos,
Cadáveres y heridos.
Llegó el verano a esas tierras
La campana del brezo estaba roja
Pero no quedaba nadie con vida
Para recordar la receta.
En tumbas, como de niños,
Los cerveceros del brezo
Yacían sin vida.
El rey del páramo rojo
Cabalgaba un día de verano
Las abejas zumbaban, y los zarapitos
Chillaban en el camino.
El rey cabalgaba, iracundo,
Sombrío su semblante y pálido,
Por estar en tierra de brezos
Y no poder gustar su cerveza.
Sucedió que sus vasallos
Cabalgando por los alrededores
Encontraron una piedra caída
Que escondía unas sabandijas.
Arrancaron de su escondrijo,
Sin que dijeran una palabra,
A un hijo y su padre anciano,
Los últimos del pueblo enano.
El rey desde su montura
Contempló a los pequeños hombres,
Y la pareja de enanos
Miró a su vez al rey, quien les dijo:
"Os perdonaré la vida, bellacos,
por el secreto de la bebida".
El padre y el hijo contemplaron
Cielo y tierra, el rojo brezo alrededor,
A lo lejos el bramido del mar.
Se levantó el padre
Y dijo con voz chillona:
"quiero unas palabras en privado,
unas palabras con el rey".
"La vida es cara a los viejos,
poco significa el honor,
venderé con placer el secreto",
así habló el picto al rey.
Su voz era como la de un gorrión
Chillona pero muy clara:
"Venderé el secreto,
pero temo por mi hijo
A él la vida no le importa
La muerte no asusta a los jóvenes
Y yo no me atrevo a vender mi honor
Delante de mi hijo.
Llévatelo, oh rey, y átalo
Y lánzalo a las profundidades
Y así podré desvelar el secreto
Que he prometido guardar".
Agarraron al hijo y le ataron
Cuello y talones a una correa
Y un hombre lo lanzó como una piedra,
Lejos, con fuerza,
Y el mar se tragó su cuerpo,
Como el de un niño de diez años.
Y en el acantilado quedó el padre,
El último de su pueblo.
"Es verdad lo que os dije,
que sólo temía a mi hijo
porque dudo que los imberbes
tengan coraje.
Pero ahora la tortura es inútil,
El fuego será en vano.
En mi pecho morirá
El secreto de la heather ale".
lunes, 18 de junio de 2012
Struise Svea IPA
Cerveza: Svea
Cervecera: Struise
Tipo: IPA
Apariencia: color caramelo, marrón claro, muy turbio, dos dedos de espuma compacta de color beige. Poco carbónico aparente.
Aroma: Intenso, equilibrado, muy floral a la par que maltoso, caramelo, pasas.
Sabor: intenso, en un primer momento bastante maltoso, predomina el caramelo, después más amargo. Final seco, retrogusto muy largo. Se notan mucho las levas. notas de naranja dulce, frutas oscuras y un puntito ácido. Alcohol bien integrado.
Maridaje: thai e india.
Vaso recomendado: tulipa.
ABV: 7%
Ratebeer: Overall 91/Style 77
Opinión personal: muy buena cerveza, una IPA estilo belga, es decir, poco parecido a las tradicionales inglesas y muy lejos de las americanas, se nota bastante el lúpulo, pero está muy equilibrado con las maltas. Tiene la particularidad de estar elaborada también con trigo y centeno y en principio era elaborada para un bar de Estocolmo llamado Monk’s Cafe Sveavägen, de ahí el nombre.
Nota personal: General 93/Estilo 72
sábado, 16 de junio de 2012
Sobre los estilos de cerveza.
Los que son asiduos de este blog sabrán que, en mis notas de cata, siempre intento poner el estilo del que es la cerveza reseñada, así como intento calificarla dentro de su propio estilo. Lo hago porque creo que ayuda a conocer un poco la cerveza a aquel que no haya podido probarla, así se puede hacer mejor una idea de lo que es, sin verla, olerla y sobre todo beberla.
Hay quien puede decir que ni siquiera hay algo así como una lista oficial de los estilos que existen, pues bien, se puede tomar como referencia aquellos que tienen su propia categoría en los distintos concursos, así como las características que en ellas mismas exigen para poder concurrir dentro de esos estilos, o los estilos que reconocen las reputadas páginas web de Ratebeer o Beeradvocate, aunque personalmente, lo que más me gusta es consultar al viejo Michael.
Pues bien, desde hace ya tiempo, cada poco, me encuentro con cervezas que son muy difíciles o imposibles de “clasificar” dentro de un estilo, es decir, que no es fácil definir que tipo de cerveza es.
En mi opinión esto se puede deber a tres cosas:
1.El carácter postmoderno de la cerveza actual. Hace tiempo expliqué en un post que pasó sin pena ni gloria, lo que yo llamo el carácter postmoderno de las nuevas cerveceras. No voy a volver a escribirlo todo, el que quiera puede leerlo, que ahí sigue, es lo bueno (o lo malo) de Internet. Pero el caso es que hoy en día hay cerveceras que deconstruyen estilos, es decir, les eliminan las características que son paradigmáticas de ese estilo, quedándose solo con otras, por ejemplo, las Black IPA. Solo hace falta ver el nombre para ver que es una contradicción en los términos: Black India Pale Ale, en el idioma de Cervantes, Ale Pálida Negra de la India, creo que no hace falta explicar más. O también pueden crear cervezas nuevas que no encajan en ninguna de las categorías tradicionales, como las American Strong Ale, en la que cabe casi cualquier cosa de más de 10% ABV o las cosas raras que hacen algunos, como la que comenté ayer, precisamente Mikkeller podría ser el paradigma de un cervecero postmoderno, pero de eso hablaré otro día…
2.La tradición belga de hacer cosas nuevas, esto también puede parecer una contradicción, pero creo que en Bélgica es así y eso es precisamente, como comentaba el otro día, lo que me gusta de sus birras, tienen la sana costumbre de innovar, y lo hacen desde hace mucho. En ese país podemos encontrar cervezas que tienen mucho tiempo que no se parecen a ninguna otra, que no entran dentro de ningún estilo, como por ejemplo la maravillosa Orval, muchas veces ninguneada, pero que nunca se ha hecho nada parecido a ella, por eso, ella sola configura un estilo en sí.
3.Que la cosa haya salido mal, esto es posible que no debería entrar en esta lista, pero es que creo que pasa tanto que hay que señalarlo. Habría que meter en esta categoría a todas aquellas cervezas que el productor te dice que son una cosa pero no saben a eso en absoluto. Por ejemplo, hace relativamente poco, probé una cerveza que se supone que era una Imperial Stout, pero era de color marrón, ligeramente traslúcida, con la espuma más bien blanca, no beige, pocas notas de torrefactos sino más bien maltosos, caramelos, miel, etc. Pues bien, puede que ese señor haya seguido la receta de una Imperial Stout, pero salta a la vista que no lo es, pues no pasa nada por decir que no es una Imperial Stout, si está buena y es una buena birra, no pasa nada, pero si dices que es una cosa y no se parece a ella ni en pintura, creo que pierdes muchísimos puntos.
Pues bien, dicho todo esto, sólo quiero decir que muchas veces los límites de los estilos no están claros, que muchas veces una IPA no lo parece, pero no pasa nada. Está bien utilizar esa nomenclatura específica, pero esto solo sirve cuando está clara, tanto en el elemento en sí como en los interlocutores, es decir, que solo tiene utilidad cuando esa cerveza se adapta a los estándares comúnmente aceptados y que las personas que están hablando de ello las reconocen como comunes. Si en alguno de los casos no es así, creo que es mejor no utilizar esas etiquetas de los estilo, porque, aunque nos ayuden a definir una cerveza y eliminar de un plumazo muchas descripciones, muchas veces constriñen la definición y no hacen sino confundirnos.
Ocurre lo mismo que con la música, muchas veces nos liamos describiendo un estilo de un grupo que queremos que un amigo escuche o del nuevo disco de un grupo que nos gusta: “Si estos son rollo new-old school, pero de la costa oeste, con más influencia del street-punk ingles del espíritu del 77” o “este disco es más hard-bop con toques de funky, pero está claro que les mola el hillbilly”. Parece que muchas veces es una competi a ver quien conoce más etiquetas raras.
Por todo ello, creo que, como siempre, hay que encontrar un equilibrio, en ocasiones está bien utilizar etiquetas o nombres, pero cuando no sirven, es mejor olvidarse de ellas y pedirse otra birra!
Hay quien puede decir que ni siquiera hay algo así como una lista oficial de los estilos que existen, pues bien, se puede tomar como referencia aquellos que tienen su propia categoría en los distintos concursos, así como las características que en ellas mismas exigen para poder concurrir dentro de esos estilos, o los estilos que reconocen las reputadas páginas web de Ratebeer o Beeradvocate, aunque personalmente, lo que más me gusta es consultar al viejo Michael.
Pues bien, desde hace ya tiempo, cada poco, me encuentro con cervezas que son muy difíciles o imposibles de “clasificar” dentro de un estilo, es decir, que no es fácil definir que tipo de cerveza es.
En mi opinión esto se puede deber a tres cosas:
1.El carácter postmoderno de la cerveza actual. Hace tiempo expliqué en un post que pasó sin pena ni gloria, lo que yo llamo el carácter postmoderno de las nuevas cerveceras. No voy a volver a escribirlo todo, el que quiera puede leerlo, que ahí sigue, es lo bueno (o lo malo) de Internet. Pero el caso es que hoy en día hay cerveceras que deconstruyen estilos, es decir, les eliminan las características que son paradigmáticas de ese estilo, quedándose solo con otras, por ejemplo, las Black IPA. Solo hace falta ver el nombre para ver que es una contradicción en los términos: Black India Pale Ale, en el idioma de Cervantes, Ale Pálida Negra de la India, creo que no hace falta explicar más. O también pueden crear cervezas nuevas que no encajan en ninguna de las categorías tradicionales, como las American Strong Ale, en la que cabe casi cualquier cosa de más de 10% ABV o las cosas raras que hacen algunos, como la que comenté ayer, precisamente Mikkeller podría ser el paradigma de un cervecero postmoderno, pero de eso hablaré otro día…
2.La tradición belga de hacer cosas nuevas, esto también puede parecer una contradicción, pero creo que en Bélgica es así y eso es precisamente, como comentaba el otro día, lo que me gusta de sus birras, tienen la sana costumbre de innovar, y lo hacen desde hace mucho. En ese país podemos encontrar cervezas que tienen mucho tiempo que no se parecen a ninguna otra, que no entran dentro de ningún estilo, como por ejemplo la maravillosa Orval, muchas veces ninguneada, pero que nunca se ha hecho nada parecido a ella, por eso, ella sola configura un estilo en sí.
3.Que la cosa haya salido mal, esto es posible que no debería entrar en esta lista, pero es que creo que pasa tanto que hay que señalarlo. Habría que meter en esta categoría a todas aquellas cervezas que el productor te dice que son una cosa pero no saben a eso en absoluto. Por ejemplo, hace relativamente poco, probé una cerveza que se supone que era una Imperial Stout, pero era de color marrón, ligeramente traslúcida, con la espuma más bien blanca, no beige, pocas notas de torrefactos sino más bien maltosos, caramelos, miel, etc. Pues bien, puede que ese señor haya seguido la receta de una Imperial Stout, pero salta a la vista que no lo es, pues no pasa nada por decir que no es una Imperial Stout, si está buena y es una buena birra, no pasa nada, pero si dices que es una cosa y no se parece a ella ni en pintura, creo que pierdes muchísimos puntos.
Pues bien, dicho todo esto, sólo quiero decir que muchas veces los límites de los estilos no están claros, que muchas veces una IPA no lo parece, pero no pasa nada. Está bien utilizar esa nomenclatura específica, pero esto solo sirve cuando está clara, tanto en el elemento en sí como en los interlocutores, es decir, que solo tiene utilidad cuando esa cerveza se adapta a los estándares comúnmente aceptados y que las personas que están hablando de ello las reconocen como comunes. Si en alguno de los casos no es así, creo que es mejor no utilizar esas etiquetas de los estilo, porque, aunque nos ayuden a definir una cerveza y eliminar de un plumazo muchas descripciones, muchas veces constriñen la definición y no hacen sino confundirnos.
Ocurre lo mismo que con la música, muchas veces nos liamos describiendo un estilo de un grupo que queremos que un amigo escuche o del nuevo disco de un grupo que nos gusta: “Si estos son rollo new-old school, pero de la costa oeste, con más influencia del street-punk ingles del espíritu del 77” o “este disco es más hard-bop con toques de funky, pero está claro que les mola el hillbilly”. Parece que muchas veces es una competi a ver quien conoce más etiquetas raras.
Por todo ello, creo que, como siempre, hay que encontrar un equilibrio, en ocasiones está bien utilizar etiquetas o nombres, pero cuando no sirven, es mejor olvidarse de ellas y pedirse otra birra!
viernes, 15 de junio de 2012
Wheat is the new hops
Cerveza: Wheat is the new hops
Cervecera: Mikkeller/Grassroots
Tipo: IPA de trigo con Brett.
Apariencia: color amarillo pajizo, ligeramente turbio, bastante carbónico aparente, corona abundante, amplia y blanca, poco persistente pero se mantiene.
Aroma: muy intenso, predomina el plátano y el clavo, característico de las Hefe Weizen y sus levas, notas frescas a hierbalimón, ligeramente terroso.
Sabor: cuerpo y carbónico medio, muy floral y cítrico, más parecido al de una Witt, un poco esa nota terrosa del Brett, parecida a la de la Orval, final más bien seco, retrogusto larguísimo. Alcohol muy bien integrado.
Maridaje: picantes y a la brasa.
Vaso recomendado: tulipa.
ABV: 6%
Ratebeer: Overall 97/ Style 96
Opinión personal: me ha encantado esta cerveza. Se sale completamente de cualquier esquema, es una cosa rarísima, no es una IPA, ni una Hefe Weizen, ni una Witt, ni una Sour, ni tampoco una mezcla de todas, es una buena cerveza que tiene elementos de todas las que mencionadas, pero de forma equilibrada y muy bien hecha. Es uno de esos experimentos que da gusto, por probar cosas raras, pero que no me importaría tomarme dos o tres en una terracita. Por todo eso, no me atrevo a ponerle la nota de un estilo (otra vez again). Eso si, el diseño de la etiqueta me encanta:
Nota personal: 98
miércoles, 13 de junio de 2012
Sly Fox Pikeland
Cerveza: Pikeland
Cervecera: Sly Fox
Tipo: Pilsner
Apariencia: color amarillo pajizo, un poco turbio, poco carbónico aparente, corona blanca, escasa, pero consistente y persistente.
Aroma: intensidad media pero presente, fresco, predomina la hierba y el limón, lúpulos checos.
Sabor: cuerpo e intensidad del sabor medios, ligero, muy refrescante, toques maltosos suaves, predominan los lúpulos suaves o nobles. Alcohol muy bien integrado. REtrogusto relativamente largo.
Maridaje: ensaladas o aperitivo.
Vaso recomendado: tipo lager, flauta.
IBU: 44
ABV: 4.9%
Ratebeer: Overall 85/Style 99
Opinión personal: sin duda lo que más me ha gustado es tomármela de lata porque es la primera cerveza artesana de lata que me bebo y esto ha sido posible gracias La buena pinta, una tienda nueva de cervezas artesanas que ha abierto un puesto en el Mercado de San Fernando, por Embajadores, por eso precisamente la foto no es mía, sino de aquí, porque me la tomé allí mismo y no tenía conmigo mi cámara.
Los mas duchos en el mundillo cervecil dirán "pues si que te ha costado", mientras que algunos más novatillos pensarán "¿una lata? pero eso no mola" pues bien, a los primeros les diré que llevo mucho tiempo intentándolo, pero nunca he tenido la oportunidad, mientras que a los segundos les diré que desde hace unos meses, muchas cerveceras americanas han empezado a utilizar latas en lugar de botellas porque son mas baratas, contamina menos, aguantan mejor los viajes y por lo visto mantiene mejor algunas propiedades, sobre todo el aroma. Esto último no lo puedo asegurar a ciencia cierta, pero lo que si que puedo asegurar es que la cerveza me encantó dentro de su estilo, es de lo mejor que he probado. Equilibrada, compensada, muy bien hecha y por el hecho de estar en lata, parece que te las estás tomando fresquísima, no de temperatura si no como recién hecha.
Nota personal: General 89/Estilo 98
martes, 12 de junio de 2012
Oc’Ale Blonde
Cerveza: Blonde
Cervecera: Brasserie Oc’Ale
Tipo: Bière de Garde
Apariencia: color amarillo muy turbio, mucho carbónico, corona abundante, amplia y persistente.
Aroma: intenso, muy terroso, toques a vinagre, piel de manzana, limón, hierbas.
Sabor: intensidad y cuerpo medios, sabor seco, refrescante, uvas verdes, manzana verde, bastante funky. Alcohol bien integrado.
Maridaje: quesos y embutidos.
Vaso recomendado: tulipa o copa burdeos.
ABV: 6%
Ratebeer: Overall 36/Style 27
Opinión personal: en primer lugar quería agradecerle a mi amigo Gonzalo haberme traído esta cerveza de Toulouse, parece ser que la Brasserie está cerca de esta ciudad. Me parece que es una buena cerveza, pero quizá no está muy compensada, el punto seco y ácido no está muy equilibrado. Aún así me ha gustado mucho, es una cerveza curiosa, la he incluido como Bière de Garde, porque es lo que dice Ratebeer y porque mas o menos me encajaba, ya que es francesa (aunque del sur, no del norte) y tiene ese puntillo ácido que he probado en otras cervezas del estilo, aunque como ya comenté en su momento, no conozco muy bien el estilo y no sé muy bien que exigirle, así que, como siempre, estoy abierto a sugerencias. No suelo comentarlo, pero la verdad es que el diseño de esta botella me ha gustado, el siempre atractivo tapón mecánico y un dibujo interesante.
Nota personal: General 74/Estilo 82
lunes, 11 de junio de 2012
Alvinne Morpheus Tripel
Cerveza: Morpheus Tripel
Cervecera: Picobrouwerij Alvinne
Tipo: Triple de abadía
Apariencia: color ámbar anaranjado, más oscuro de lo habitual en una cerveza de este estilo, corona muy escasa. Carbónico medio y contante.
Aroma: intenso, predomina la levadura, galleta, especias, punto dulce, caramelo.
Sabor: cuerpo medio alto, sabor intenso, maltoso, caramelo, miel, especias, punto ligeramente ácido. Alcohol no muy bien integrado. Retrogusto muy largo.
Maridaje: carnes rojas.
Vaso recomendado: tipo cáliz, trapista.
IBU: 35
ABV: 8,7%
Ratebeer: Overall 87/Style 75
Opinión personal: es una buena cerveza, equilibrada, una triple curiosa, con un punto diferente y original, como suelen hacer en esta cervecera. Como muchas de la casa esta hecha con la cepa propia que tienen, llamada Morpheus. El único punto negativo, para mi gusto es que se nota demasiado el alcohol y eso que no tiene tanta graduación, bueno, 8,7% no está mal, pero se le nota demasiado...
Nota personal: General 92/Estilo 88
sábado, 9 de junio de 2012
En torno a Bélgica
Los que leéis habitualmente este blog sabéis que tengo especial predilección por la cerveza belga, así que creo que ha llegado el momento de justificar esa debilidad o predilección. Excusatio non petita accusatio manifesta, dirán algunos, espero que no sea así.
Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que solía decir que mis cervezas favoritas eran las de USA, pero no sólo por los productos que de allí me encontraba y porque soy un auténtico hop-head, sino porque también me gusta dejar un poco ojiplática a la gente y cuando es alguien que no está muy metido en el mundillo, al hablar de USA no se imagina Russian River, Three Floyds, Hoppin frog o the Lost Abbey, sino Budweiser. Pero el caso es que he dejado de impresionarme por lo yankee, cuando me he ido familiarizando un poco con ello y sobre todo he dejado de lado esa manía de tratar de dejar a cuadros a la gente, que queda mu feo, como dicen las folklóricas.
Así que he vuelto a casa, a los brazos de mamá Bélgica.
Lo que tiene la cerveza belga que hace que me guste más que las tradicionales alemanas, checas o británicas, que son los otros grandes productores tradicionales, es la enorme variedad que existe. Es cierto que en Inglaterra hay muchas cosas diferentes que me gustan mucho, creo que el producto yankee tiene especial influencia británica, pues no olvidemos que las grandes estrellas hoy en día son las IPAS e Imperial Stouts, cierto, pero también tienen Old Ales, Barley Wines o Bitters, por poner algunos ejemplos y todas me encantan.
Los alemanes tienen mas cositas de las que nos parece, creo que les menospreciamos un poco, cervecisticamente hablando, ya que normalmente pensamos en pils normalitas, o como mucho Hefe weizens (se está poniendo difícil esto de los plurales…) pero no debemos olvidar las Kellers, y sobre todo Eisbocks o Doppelbocks. Aún así, lo importante es que, como muchos sabéis, la ley de Pureza de 1516 impedía utilizar otros ingredientes que agua, levadura, grano y lúpulo, por lo que la variedad de cervezas fue rápidamente truncada. Eso sí, no se puede negar que este principio, sumado a los clichés de los alemanas, han hecho que las cervezas alemanas sean siempre muy equilibradas y homogéneas.
De las checas, poco puedo decir, al margen de lo que he conseguido comprar en el supermercado y lo que una vez me trajo mi amigo Luis (que por cierto, eran buenísimas y me arrepiento de no haber escrito las notas de cata para poder subirlas luego al presente blog) así que mientras me llega el turno para hacer ese viajecito a Praga, me reservo mi opinión.
Es cierto que mi relación personal con Bélgica es mas habitual y fluida que con los otros países, pero creo que aunque no fuese así, las cervezas belgas seguirían siendo mis favoritas.
Si queremos algo refrescante, tenemos las Oud Bruin o las Rojas de Flandes, primas hermanas, extremadamente interesantes y que, afortunadamente, poco a poco son más reconocidas, ya que desde mi punto de vista, han pasado desapercibidas por mucho tiempo. Puede que sean reconocidas precisamente por influencia yankee donde lo ácido y agrio suele triunfar, como me decía un hostelero de Flandes, pero el caso es que cada vez se ven mas y eso le agrada a uno. Y no hay que olvidar que ¡son cervezas envejecidas en barriles de roble!
Si queremos refrescarnos con otra cosa, en el sur del mismo país, tenemos las Saison, otro estilo al que le ocurre tres cuartas partes de lo mismo que el anterior, goza de buen estado de forma y es interesantísimo.
Evidentemente tenemos el maravilloso submundo de las cervezas de abadía y trapistas, donde las dobles y las cuádruples también son muy bien consideradas, por su complejidad, pero no hay que olvidar las triples, que parece que porque a los amigos americanos les gusten menos sean peores y no es así en absoluto, donde esté una Westmalle Tripel o una Tripel karmeliet, que se quiten muchas dobles…
También un género entero, el de las espontáneas o lámbicas, hasta hace poco era exclusivamente belga, con algunas maravillas como las geuzes de Cantillon o Tilquin y las krieks con cerezas añadidas de 3 Fontainen. Es cierto que a mucha gente le cuesta un poco este subgénero, pero nadie puede dudar de sus peculiaridades y difícil elaboración, para la cual, no sólo no se utiliza levadura tradicional, sino que ¡se seca el lúpulo para que no aporte sabor! ¡Cuán lejos está este concepto de la hiperlupulación yankee!
A todo esto, hay que sumar las Wittbier, muy refrescantes también, con especias como semillas de cilantro y cáscara de naranja mas otro montón de cositas raras que me olvido, desde las golden ales de las Ardenas, rollo la Chouffe hasta cervezas con levadura de Champagne, como las Malheur. Lo que hace que en conjunto, la tradición de las cervezas belgas sea, desde mi punto de vista, muy variada, muy diferentes entre sí y muy bien hechas que han hecho que se mantengan esas cervezas tradicionales pero también que sigan surgiendo nuevas cerveceras constantemente como Alvinne, de Dolle, Struise o de la Senne, que siguen innovando y haciendo cervezas realmente buenas. Todas ellas con el denominador común de la levadura, que me parece una constante en las cervezas de este pais, siempre muy presente, dando una nota característica, un poco afrutada y dulce, pero sin pasarse.
Todo esto es lo que me hace un gran seguidor de las cervezas belgas y es por ello por lo que creo que no deberíamos olvidar sus cervezas, hecho que creo que hacemos muy habitualmente, dejándonos impresionar por el glamour de los precios caros y de lo que viene de lejos, sin acordarnos que muchas veces tenemos cosas más cerca y más baratas que son igual de buenas o incluso mejores y muchas veces más baratas. Con esto no quiero decir que a la mierda las IPAs, ni que vaya a dejarme de Stones cuando se me pongan a tiro, ni mucho menos. Sólo quiero decir, parafraseando a Barón Rojo, mi rollo es el belga!
Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que solía decir que mis cervezas favoritas eran las de USA, pero no sólo por los productos que de allí me encontraba y porque soy un auténtico hop-head, sino porque también me gusta dejar un poco ojiplática a la gente y cuando es alguien que no está muy metido en el mundillo, al hablar de USA no se imagina Russian River, Three Floyds, Hoppin frog o the Lost Abbey, sino Budweiser. Pero el caso es que he dejado de impresionarme por lo yankee, cuando me he ido familiarizando un poco con ello y sobre todo he dejado de lado esa manía de tratar de dejar a cuadros a la gente, que queda mu feo, como dicen las folklóricas.
Así que he vuelto a casa, a los brazos de mamá Bélgica.
Lo que tiene la cerveza belga que hace que me guste más que las tradicionales alemanas, checas o británicas, que son los otros grandes productores tradicionales, es la enorme variedad que existe. Es cierto que en Inglaterra hay muchas cosas diferentes que me gustan mucho, creo que el producto yankee tiene especial influencia británica, pues no olvidemos que las grandes estrellas hoy en día son las IPAS e Imperial Stouts, cierto, pero también tienen Old Ales, Barley Wines o Bitters, por poner algunos ejemplos y todas me encantan.
Los alemanes tienen mas cositas de las que nos parece, creo que les menospreciamos un poco, cervecisticamente hablando, ya que normalmente pensamos en pils normalitas, o como mucho Hefe weizens (se está poniendo difícil esto de los plurales…) pero no debemos olvidar las Kellers, y sobre todo Eisbocks o Doppelbocks. Aún así, lo importante es que, como muchos sabéis, la ley de Pureza de 1516 impedía utilizar otros ingredientes que agua, levadura, grano y lúpulo, por lo que la variedad de cervezas fue rápidamente truncada. Eso sí, no se puede negar que este principio, sumado a los clichés de los alemanas, han hecho que las cervezas alemanas sean siempre muy equilibradas y homogéneas.
De las checas, poco puedo decir, al margen de lo que he conseguido comprar en el supermercado y lo que una vez me trajo mi amigo Luis (que por cierto, eran buenísimas y me arrepiento de no haber escrito las notas de cata para poder subirlas luego al presente blog) así que mientras me llega el turno para hacer ese viajecito a Praga, me reservo mi opinión.
Es cierto que mi relación personal con Bélgica es mas habitual y fluida que con los otros países, pero creo que aunque no fuese así, las cervezas belgas seguirían siendo mis favoritas.
Si queremos algo refrescante, tenemos las Oud Bruin o las Rojas de Flandes, primas hermanas, extremadamente interesantes y que, afortunadamente, poco a poco son más reconocidas, ya que desde mi punto de vista, han pasado desapercibidas por mucho tiempo. Puede que sean reconocidas precisamente por influencia yankee donde lo ácido y agrio suele triunfar, como me decía un hostelero de Flandes, pero el caso es que cada vez se ven mas y eso le agrada a uno. Y no hay que olvidar que ¡son cervezas envejecidas en barriles de roble!
Si queremos refrescarnos con otra cosa, en el sur del mismo país, tenemos las Saison, otro estilo al que le ocurre tres cuartas partes de lo mismo que el anterior, goza de buen estado de forma y es interesantísimo.
Evidentemente tenemos el maravilloso submundo de las cervezas de abadía y trapistas, donde las dobles y las cuádruples también son muy bien consideradas, por su complejidad, pero no hay que olvidar las triples, que parece que porque a los amigos americanos les gusten menos sean peores y no es así en absoluto, donde esté una Westmalle Tripel o una Tripel karmeliet, que se quiten muchas dobles…
También un género entero, el de las espontáneas o lámbicas, hasta hace poco era exclusivamente belga, con algunas maravillas como las geuzes de Cantillon o Tilquin y las krieks con cerezas añadidas de 3 Fontainen. Es cierto que a mucha gente le cuesta un poco este subgénero, pero nadie puede dudar de sus peculiaridades y difícil elaboración, para la cual, no sólo no se utiliza levadura tradicional, sino que ¡se seca el lúpulo para que no aporte sabor! ¡Cuán lejos está este concepto de la hiperlupulación yankee!
A todo esto, hay que sumar las Wittbier, muy refrescantes también, con especias como semillas de cilantro y cáscara de naranja mas otro montón de cositas raras que me olvido, desde las golden ales de las Ardenas, rollo la Chouffe hasta cervezas con levadura de Champagne, como las Malheur. Lo que hace que en conjunto, la tradición de las cervezas belgas sea, desde mi punto de vista, muy variada, muy diferentes entre sí y muy bien hechas que han hecho que se mantengan esas cervezas tradicionales pero también que sigan surgiendo nuevas cerveceras constantemente como Alvinne, de Dolle, Struise o de la Senne, que siguen innovando y haciendo cervezas realmente buenas. Todas ellas con el denominador común de la levadura, que me parece una constante en las cervezas de este pais, siempre muy presente, dando una nota característica, un poco afrutada y dulce, pero sin pasarse.
Todo esto es lo que me hace un gran seguidor de las cervezas belgas y es por ello por lo que creo que no deberíamos olvidar sus cervezas, hecho que creo que hacemos muy habitualmente, dejándonos impresionar por el glamour de los precios caros y de lo que viene de lejos, sin acordarnos que muchas veces tenemos cosas más cerca y más baratas que son igual de buenas o incluso mejores y muchas veces más baratas. Con esto no quiero decir que a la mierda las IPAs, ni que vaya a dejarme de Stones cuando se me pongan a tiro, ni mucho menos. Sólo quiero decir, parafraseando a Barón Rojo, mi rollo es el belga!
viernes, 8 de junio de 2012
Hair of the Dog Adam
Cerveza: Adam
Cervecera: Hair of the Dog
Tipo: Traditional Ale (Adam bier)
Apariencia: color marrón muy oscuro, casi negro, poco carbónico aparente, corona escasa de color beige pero persistente.
Aroma: intensidad media, bastante maltoso, frutas oscuras, sobre todo pasas, toque de vainilla y humo.
Sabor: muy intenso, frutas oscuras, pasas, higos, especias, madera, bourbon, vainilla, es mas bien dulce, pero no empalagoso. Retrogusto larguïsimo. Alcohol bien integrado.
Maridaje: digestivo.
Vaso recomendado: snifter.
IBU: 50
ABV: 10%
Ratebeer: Overall 100/Style 100
Opinión personal: esta cerveza es impresionante y es una de esas que pensaba que nunca podría probar, pero de nuevo, gracias a Sam, del Club de Homebrewing de Cervezorama, he podido hacerlo. La verdad es que es espectacular, no se parece a nada que haya probado antes y esto es normal, porque se supone que es la recreación de un estilo ya desaparecido, Adam bier, típico de la zona de Dortmund. Siguiendo con anécdotas, fue la primera cerveza que hicieron en esta reputadísima cervecera. Respecto a la cerveza en sí, aparte de lo dicho, añadir que es una cerveza muy fácil de beber, pero muy bien hecha, equilibrada, redonda, espectacular. Por cierto, la foto no es mía, es de aquí, pero sí que me he guardado la botella, jejeje.
Nota personal: General 100
jueves, 7 de junio de 2012
Bellegems Bruin
Cerveza: Bellegems Bruin
Cervecera: Bockor
Tipo: Oud Bruin
Apariencia: color marrón oscuro con toques rojizos. Corona media, persistente, de color beige, bastante carbónico aparente.
Aroma: intenso, vinagre de módena, caramelo, toque funky, madera.
Sabor: intenso, un poco más vinagre de lo normal, dulce, no seca, muy refrescante, frutas oscuras, pasas, ciruelas, higos, toque de madera. En la boca no se nota tanto el carbónico. Alcohol muy bien integrado.
Maridaje: quesos grasos, foie.
Vaso recomendado: flauta.
ABV: 5,5%
Ratebeer: Overall 87/Style 38
Opinión personal: si entendí bien al tipo del bar en el que me tomé esta birra en Brujas, es una mezcla entre una ale y una lambic envejecida en roble durante 18 meses. Mientras que la mayoría de las Oud Bruin son una mezcla de una misma cerveza de distintas añadas. Por eso es bastante curiosa, aunque el sabor no es demasiado diferente de otras Oud Bruin. La cerveza en sí me gustó bastante, compensada, equilibrada, con muchos matices, mejor que otras mas comerciales dentro del estilo, pero sin llegar a ser una Aardmonnik o una Liefmans.
Nota personal: General 85/Estilo 87
martes, 5 de junio de 2012
Taras Boulba
Cerveza: Taras Boulba
Cervecera: Brasserie de la Senne
Tipo: belgian pale ale
Apariencia: color amarillo pajizo claro, turbio, mucho carbónico, corona abundante, persistente y blanca pero poco compacta. Parecido a una Wit.
Aroma: bastante intenso, cítricos, naranja, cilantro, hierbas, muy fresco. También parecido al de una Wit pero lupulada.
Sabor: poco cuerpo pero muy intenso, muy amargo, muy fresco, seco, refrescante, retrogusto muy largo. Cítricos, naranja, hierba limón, especias. Se nota un toque de levas belgas. Alcohol muy bien integrado.
Maridaje: pescados y arroces.
Vaso recomendado: tulipa
ABV: 4,5%
Ratebeer: Overall 94/Style 98
Opinión personal: una alternativa a las cervezas ligeritas y refrescantes para el verano, entra bien, es fácil de beber, no cansa y es muy refrescante, así que perfecta. Pero sigue siendo una buena cerveza, con muchos matices, bien hecha y equilibrada. En cuanto al estilo es una cosa un poco rara, porque sería una mezcla entre una Wit, una Pale Ale belga y una IPA, pero con lúpulos europeos. Muy interesante. Ah! Tarás Bulba es una novela de Gogol, me imagino que tendrá algo de relación pero no se muy bien cual y el diseño de la etiqueta está muy guapo!
Nota personal: General 87/Estilo 92
sábado, 2 de junio de 2012
Apocalípticos e integrados, cervecísticamente hablando.
La primera parte del título de este post es el nombre que lleva una famosa obra del italiano Umberto Eco, publicada hace la friolera de 47 años, pero que, aunque expone una categorización que ha sido manida hasta la saciedad, para lo que quiero exponer, sigue valiendo perfectamente.
En esta obra, el autor realiza un estudio sobre la cultura popular y los medios de comunicación. La obra parte de dos posiciones opuestas ante la cultura: la apocalíptica y la integrada. Eco entiende por apocalípticos aquellos que plantean un enfoque pesimista sobre los alcances de la cultura de masas, ya sea desde una postura conservadora o aristocrática, o bien progresista. Entre ellos se encuentran Adorno, Horkheimer. Son aquellos que miran hacia el pasado y se aferran a las viejas costumbres, a las antiguas teologías y a los métodos reaccionarios de rechazo para hallar la verdad. Son los que prefieren obedecer a la autoridad impuesta, en lugar de la guía autoimpuesta del intelecto iluminado. Siguen a una iglesia y a un gobierno, se caracterizan por la devoción y el amor puros, pero no quieren reconocer al espíritu santo como la inteligencia de la que están dotados. Pertenecen a la vieja generación. Es decir, son aquellos que creen que no es deseable que la cultura se extienda y alcance a la mayoría de la población, si no que prefieren que se mantenga una especie de élite cultural, porque son solo unos pocos los que puede realmente entenderla y apreciarla. Básicamente sería algo así como lo contrario a la democratización de la cultura.
Por otro lado, son integrados aquellos que hacen una interpretación benévola sobre los resultados que provoca la cultura de masas, como el acceso de todos a la cultura, como es el caso de Marshall McLuhan. Incluye a los místicos intelectuales, a los conocedores de la realidad, que no pertenecen a una definida religión u organización, pero se consideran miembros de la humanidad, aprenden mediante los mismos símbolos y son el principio unificador. Es decir, que los integrados son aquellos que están a favor de que la cultura se extienda todo lo posible, alcanzando a la mayoría de la sociedad.
A raíz de esto y muchas veces relacionado, pero no siempre, se me ocurre otra división o categorización muy importante, la de la aceptación o no, por parte de los críticos de los nuevos avances en el campo del arte. En este caso también hay dos posturas, enfrentadas y antagónicas, que no se siguen necesariamente de las anteriores pero que si están muy relacionadas, son las de “esto ya no es lo que era” o lo que es lo mismo “cualquier tiempo pasado fue mejor”, frente a la moderna “todo lo nuevo y raro mola” que también podemos llamar “hipster”. Básicamente, surgen dos categorías, los primeros, los clásicos, son los que les parece muy mal cualquier cosa rara que se haga, cualquier innovación o cambio, mientras que a los segundos, les parece bien por el mero de hecho de ser nuevo y original.
Pues bien, dicho todo esto, podemos extrapolarlo al mundo cervecil, que es lo que nos interesa. El apocalíptico cervecil es aquel que se cabrea cuando ve una Chimay en el Pryca porque dice que la gente no va a saber apreciarla, al que le jode que se abra un bar nuevo en el que ponen IPAs, en resumen, el que quiere que esto se mantenga entre cuatro porque cree que la gente no está a la altura. Por otro lado el integrado es el que se alegra de sobremanera cuando ve que cada vez hay mas gente en los eventos cerveciles o cuando ve esa Chimay en el Pryca, porque así mas gente podrá disfrutar de esa maravilla que hacen los monjes belgas (maravilla que, por cierto, creo que no está lo suficientemente valorada).
Por otro lado, los clásicos cerveciles son aquellos que sólo les gusta su cerveza de un una ciudad rara alemana, que lleva toda la vida haciéndose allí, de la misma forma, sin variar la receta ni un gramo y no solo eso, sino que incluso critica cada nueva creación de Mikkeller o Brew Dog sin ni siquiera darle un chance y cuando lo hace se tiene que meter sus palabras en sálvese la parte. En cambio el hipster es el que en cuanto ve la etiqueta de la última Saison de Cigar City hecha con pepino, no puede esperar para catarla (ojo que a mi me encantaría, jejeje) y cuando lo hace solo puede decir maravillas sobre ella, pero precisamente por eso no ha catado una Celebrator o una Westmalle tripel, porque como lleva toda la vida, no mola.
Pues bien, ¿qué es lo que quiero decir con todo esto? Pues que hay que ser más aristotélico, nada más y nada menos ¿pero a qué narices viene sacar a Aristóteles ahora? Pues a que el estagiritia, en su “Ética a Nicómaco” expone que la virtud es el término medio y creo que en estos dos casos es así. Creo que no está bien pretender mantener esto en un círculo cerrado de elegidos o iniciados en el que si no has catado mas de 25 Three Floyds no tienes ni idea pero que tampoco debe sucumbir esto antes las grandes mutinacionales y que acabemos viendo cerveza artesana por todos lados, porque eso significaría precisamente que dejaría de ser artesana. Por otro lado, lo mismo, ni tanto ni tan calvo, creo no está bien deshacerse por cualquier cosa rara y nueva y olvidar todas las tradiciones, pero tampoco rechazar cualquier cosa nueva porque sea nueva, hay que dar oportunidades y luego juzgar con conocimiento de causa.
En esta obra, el autor realiza un estudio sobre la cultura popular y los medios de comunicación. La obra parte de dos posiciones opuestas ante la cultura: la apocalíptica y la integrada. Eco entiende por apocalípticos aquellos que plantean un enfoque pesimista sobre los alcances de la cultura de masas, ya sea desde una postura conservadora o aristocrática, o bien progresista. Entre ellos se encuentran Adorno, Horkheimer. Son aquellos que miran hacia el pasado y se aferran a las viejas costumbres, a las antiguas teologías y a los métodos reaccionarios de rechazo para hallar la verdad. Son los que prefieren obedecer a la autoridad impuesta, en lugar de la guía autoimpuesta del intelecto iluminado. Siguen a una iglesia y a un gobierno, se caracterizan por la devoción y el amor puros, pero no quieren reconocer al espíritu santo como la inteligencia de la que están dotados. Pertenecen a la vieja generación. Es decir, son aquellos que creen que no es deseable que la cultura se extienda y alcance a la mayoría de la población, si no que prefieren que se mantenga una especie de élite cultural, porque son solo unos pocos los que puede realmente entenderla y apreciarla. Básicamente sería algo así como lo contrario a la democratización de la cultura.
Por otro lado, son integrados aquellos que hacen una interpretación benévola sobre los resultados que provoca la cultura de masas, como el acceso de todos a la cultura, como es el caso de Marshall McLuhan. Incluye a los místicos intelectuales, a los conocedores de la realidad, que no pertenecen a una definida religión u organización, pero se consideran miembros de la humanidad, aprenden mediante los mismos símbolos y son el principio unificador. Es decir, que los integrados son aquellos que están a favor de que la cultura se extienda todo lo posible, alcanzando a la mayoría de la sociedad.
A raíz de esto y muchas veces relacionado, pero no siempre, se me ocurre otra división o categorización muy importante, la de la aceptación o no, por parte de los críticos de los nuevos avances en el campo del arte. En este caso también hay dos posturas, enfrentadas y antagónicas, que no se siguen necesariamente de las anteriores pero que si están muy relacionadas, son las de “esto ya no es lo que era” o lo que es lo mismo “cualquier tiempo pasado fue mejor”, frente a la moderna “todo lo nuevo y raro mola” que también podemos llamar “hipster”. Básicamente, surgen dos categorías, los primeros, los clásicos, son los que les parece muy mal cualquier cosa rara que se haga, cualquier innovación o cambio, mientras que a los segundos, les parece bien por el mero de hecho de ser nuevo y original.
Pues bien, dicho todo esto, podemos extrapolarlo al mundo cervecil, que es lo que nos interesa. El apocalíptico cervecil es aquel que se cabrea cuando ve una Chimay en el Pryca porque dice que la gente no va a saber apreciarla, al que le jode que se abra un bar nuevo en el que ponen IPAs, en resumen, el que quiere que esto se mantenga entre cuatro porque cree que la gente no está a la altura. Por otro lado el integrado es el que se alegra de sobremanera cuando ve que cada vez hay mas gente en los eventos cerveciles o cuando ve esa Chimay en el Pryca, porque así mas gente podrá disfrutar de esa maravilla que hacen los monjes belgas (maravilla que, por cierto, creo que no está lo suficientemente valorada).
Por otro lado, los clásicos cerveciles son aquellos que sólo les gusta su cerveza de un una ciudad rara alemana, que lleva toda la vida haciéndose allí, de la misma forma, sin variar la receta ni un gramo y no solo eso, sino que incluso critica cada nueva creación de Mikkeller o Brew Dog sin ni siquiera darle un chance y cuando lo hace se tiene que meter sus palabras en sálvese la parte. En cambio el hipster es el que en cuanto ve la etiqueta de la última Saison de Cigar City hecha con pepino, no puede esperar para catarla (ojo que a mi me encantaría, jejeje) y cuando lo hace solo puede decir maravillas sobre ella, pero precisamente por eso no ha catado una Celebrator o una Westmalle tripel, porque como lleva toda la vida, no mola.
Pues bien, ¿qué es lo que quiero decir con todo esto? Pues que hay que ser más aristotélico, nada más y nada menos ¿pero a qué narices viene sacar a Aristóteles ahora? Pues a que el estagiritia, en su “Ética a Nicómaco” expone que la virtud es el término medio y creo que en estos dos casos es así. Creo que no está bien pretender mantener esto en un círculo cerrado de elegidos o iniciados en el que si no has catado mas de 25 Three Floyds no tienes ni idea pero que tampoco debe sucumbir esto antes las grandes mutinacionales y que acabemos viendo cerveza artesana por todos lados, porque eso significaría precisamente que dejaría de ser artesana. Por otro lado, lo mismo, ni tanto ni tan calvo, creo no está bien deshacerse por cualquier cosa rara y nueva y olvidar todas las tradiciones, pero tampoco rechazar cualquier cosa nueva porque sea nueva, hay que dar oportunidades y luego juzgar con conocimiento de causa.
viernes, 1 de junio de 2012
Struise Ignis et Flamma
Cerveza: Ignis et Flamma
Cervecera: De Struise Brouwers
Tipo: IPA
Apariencia: color caramelo, muy turbio, poco carbónico, corona escasa pero persistente.
Aroma: intensidad media, mas bien maltoso, frutas rojas.
Sabor: cuerpo medio, notas de caramelo pero un amargo, final seco, gran presencia de las levas. Retrogusto muy largo. Alcohol no muy bien integrado.
Maridaje: quesos grasos o embutidos.
Vaso recomendado: tulipa.
IBU: 62
ABV: 7%
Ratebeer: Overall 97/Style 97
Opinión personal: Se supone que esta cerveza es la versión de Struise de la famosa cerveza "Vuur & Vlam" de la cervecera holandesa De Molen, que los belgas elaboraron para el festival de los segundos. La verdad es que me ha gustado mucho esta cerveza, pero no me parece una IPA, así como está bastante alejada de la original. Hace poco tuve la oportunidad de probar también la versión de esta misma cerveza de la noruega Haandbryggeriet y esta última si que me pareció una IPA y más parecida a la original. El caso es que no me parece una IPA porque es muy oscura (aunque eso se puede pasar un poco por alto) pero sobre todo es que no es muy amarga ni tiene mucho aroma a lúpulo, que es lo que yo espero de una IPA. Al margen de eso, es una buena cerveza, equilibrada, compensada, bien hecha, me gusta. No sabía decir en que estilo se podría incluir mejor, pero me gusta.
Nota personal: General 95/Estilo 83
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